El
tiempo pasa rapidísimo, y a veces ni nos damos cuenta cuando termina un mes y
empieza el otro. Tengo 21 años, y desde los 18, mi vida ha pasado volando y me
he entregado mayormente a mis responsabilidades como estudiante universitaria.
Por lo que llevo días pensando, ¿estoy aprovechando mi tiempo ahora que estoy
viva, sana, joven?, ¿estoy viviendo mi vida sanamente? Esta pregunta tal vez la
contestaré si llego a ser una adulta mayor, aunque, tal vez tendré que inventar
yo misma una respuesta para sentirme satisfecha, o tal vez será contestada por
Dios, cuando me vaya, o quizás, nunca será contestada.
A veces me pongo a pensar qué sería de mí si hubiera nacido en otro país, y no hubiera conocido las personas que conozco ahora, o si no hubiera desperdiciado tanto tiempo viendo la televisión o en Facebook, y en vez de eso hubiera leído un libro, hubiera ido a caminar, hubiera hecho ejercicio o practicado un deporte. A veces me pregunto si pudiera retroceder el tiempo para reparar los errores que he cometido, las palabras ofensivas que he dicho, los actos de cobardía y de coraje en momentos de disgusto... Pero lo que sí sé es que a pesar de todos esos errores, uno no puede quedarse atrás, subestimarse, ni dejarse llevar por la corriente.
A veces me pongo a pensar qué sería de mí si hubiera nacido en otro país, y no hubiera conocido las personas que conozco ahora, o si no hubiera desperdiciado tanto tiempo viendo la televisión o en Facebook, y en vez de eso hubiera leído un libro, hubiera ido a caminar, hubiera hecho ejercicio o practicado un deporte. A veces me pregunto si pudiera retroceder el tiempo para reparar los errores que he cometido, las palabras ofensivas que he dicho, los actos de cobardía y de coraje en momentos de disgusto... Pero lo que sí sé es que a pesar de todos esos errores, uno no puede quedarse atrás, subestimarse, ni dejarse llevar por la corriente.
De
la misma manera, la sociedad se lo quiere llevar a uno… personas que quieren
imponer sus opiniones y creencias sobre los nuestros, o este sistema
capitalista que nos lleva a estar cien por ciento pendientes del trabajo, de la
formación académica y tener una buena preparación intelectual para poder tener
cada vez más dinero, por lo tanto, más cosas materiales. Muchas veces, nos
encontramos en una cárcel mental, y nos encerramos en nuestros propios
pensamientos, por más irracionales que sean, y después nos sentimos frustrados porque
no hemos aprovechado el tiempo como hemos querido, o no nos sentimos capaces de
remendar los errores que cometemos y perdonarnos a nosotros mismos.
Muchos
solo queremos sentirnos libres de expresar libremente lo que creemos, lo que sentimos,
aprovechar el tiempo de tal manera que no pasemos siempre pensando en las
responsabilidades que nos esperan el día siguiente, la semana siguiente, el mes
siguiente, el año siguiente, en el futuro, y que nuestro hogar no sea una caja
negra donde vamos a desahogar nuestros problemas y hundir a nuestros seres
queridos. Por lo contrario, que sea un espacio donde se fomente la comunicación
y buenos momentos que nos reparen y nos animen para seguir disfrutando cada
detalle de la vida, aunque a veces el paisaje no sea tan placentero.
Espero
que en el futuro saquemos ese ratito para hacer las cosas que nos gusta hacer,
disfrutemos la vida y no nos arrepintamos de los errores que alguna vez nos
hicieron felices o nos enseñaron una lección que ahora valoramos. Lo importante
no es cuantos logros hemos tenido en función de otros y de la sociedad. Lo
importante es si al final de esta vida que muchos llaman rutina, hemos sido
felices a lo largo del camino y hemos logrado una verdadera satisfacción personal
al lado de personas que vale la pena haber conocido.
"Al final, lo que importa no son los años de vida,
sino la vida de los años".
- Abraham Lincoln
"Al final, lo que importa no son los años de vida,
sino la vida de los años".
- Abraham Lincoln