Muchos de nosotros de niños soñábamos con graduarnos del kínder y de la escuela. Luego de adolescentes con graduarnos del colegio. Ahora deseamos terminar la universidad para tener un bachiller, licenciatura, doctorado y llegar a ser exitosos profesionales que se desarrollen bien en lo que hacen.
Uno se forma para llegar a ser alguien en la sociedad, desarrollarse, alcanzar sus metas y cumplir sus sueños. Para tener dinero y vivir económicamente estable. Y en caso de que uno quiera tener hijos, todos los padres anhelan que ellos tengan un buen futuro.
Pero ¿nos estamos formando para la santidad?, me pregunto esto porque es precisamente de lo que estaba hablando el Padre el domingo pasado que estaba en misa. La mayoría de veces pensamos en nuestro futuro en la sociedad pero no en nuestro futuro espiritual. Debemos ser personas que no solo contribuyen a sacar adelante el mundo económicamente, sino que también se preocupan por el bien común.
¿Por qué creemos que no podemos ser santos?, el mundo nos ha hecho creer que la santidad es para seres “perfectos” y por ello nos hemos descuidado en la búsqueda de esa santidad.
Debemos recordar que la santidad no es estar orando todo el tiempo metidos en la iglesia. Eso es muy importante, pero también se debe complementar con las reglas de bien común como pedir perdón, perdonar, ayudar al que necesite, arrepentirse y reconciliarse.
Algo muy
importante que nos deberíamos preguntar es: ¿Estamos formando a los demás para la santidad? Necesitamos ser un ejemplo para los demás, estamos llamados a ser santos. No solo porque es una obligación, también porque si nosotros empezamos dando el ejemplo, otros van a seguirlo.
Por último, ser santos no solo se refiere a tratar de hacer las cosas lo mejor posible. También se refiere a que nos preocupemos por seguir el ejemplo de Jesús, estar en paz con todos y en general con todo, tomando en cuenta aspectos como la naturaleza.
Uno se forma para llegar a ser alguien en la sociedad, desarrollarse, alcanzar sus metas y cumplir sus sueños. Para tener dinero y vivir económicamente estable. Y en caso de que uno quiera tener hijos, todos los padres anhelan que ellos tengan un buen futuro.
Pero ¿nos estamos formando para la santidad?, me pregunto esto porque es precisamente de lo que estaba hablando el Padre el domingo pasado que estaba en misa. La mayoría de veces pensamos en nuestro futuro en la sociedad pero no en nuestro futuro espiritual. Debemos ser personas que no solo contribuyen a sacar adelante el mundo económicamente, sino que también se preocupan por el bien común.
¿Por qué creemos que no podemos ser santos?, el mundo nos ha hecho creer que la santidad es para seres “perfectos” y por ello nos hemos descuidado en la búsqueda de esa santidad.
Debemos recordar que la santidad no es estar orando todo el tiempo metidos en la iglesia. Eso es muy importante, pero también se debe complementar con las reglas de bien común como pedir perdón, perdonar, ayudar al que necesite, arrepentirse y reconciliarse.
Algo muy
importante que nos deberíamos preguntar es: ¿Estamos formando a los demás para la santidad? Necesitamos ser un ejemplo para los demás, estamos llamados a ser santos. No solo porque es una obligación, también porque si nosotros empezamos dando el ejemplo, otros van a seguirlo.Por último, ser santos no solo se refiere a tratar de hacer las cosas lo mejor posible. También se refiere a que nos preocupemos por seguir el ejemplo de Jesús, estar en paz con todos y en general con todo, tomando en cuenta aspectos como la naturaleza.
“Los santos no son personas que nunca han cometido errores o pecados, sino quienes se arrepienten y se reconcilian.”
Papa Benedicto XVI
(1927-actualidad)
(1927-actualidad)
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